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HISTORIA DE LA NACION CARAÍBA

Mar Mar 06 2012, 21:37 por Egho

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HISTORIA DE LA NACION CARAÍBA

PROLOGO

En este trabajo encarado con la seriedad que amerita toda historia y conclusiones propias fundamentadas en el análisis de documentación histórica, …


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FALACIAS DE LA HISTORIA (I); YATASTO

Miér Jun 27 2012, 03:43 por Egho


Con este articulo prosigo en este nuevo foro la serie de falacias historicas inciadas en el viejo barco. 
Espero que dentro de los próximos cinco siglos algún inquieto investigador nos "descubra" …


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A 203 AÑOS DE LA REVOLUCION FRUSTADA

Jue Mayo 30 2013, 02:15 por Egho

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Los 25 de Mayo, los criollos –en realidad los habitantes de Buenos Aires -   festejan –yo no, pese a ser criollo-  ese dia como el de la ruptura definitiva con los débiles lazos que nos …


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CORRUPCION SE ESCRIBE CON K

Jue Mayo 30 2013, 01:58 por Egho

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El sábado pasado, muchísimos idiotas útiles, alguno engañados  y unos cuantos mafiosos festejaron los diez años de la “era” “K”  ; 25 DE MAYO DE 2003- 25 DE MAYO DE 2013.-

Un gran …


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FALACIAS DE LA HISTORIA (IV)

Miér Jun 27 2012, 06:22 por Egho

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FALACIA DE LA HISTORIA IV

CARNE DE CAÑON

¿Podremos Llegar a Viejos?                                                                 [SEPA/Diario El Peso] –(Edicion del 18/04/2011)


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(ENTREVISTA) Una pasión: el Arte. Entrevistamos a Patricia Cairoli.

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28032011

Mensaje 

(ENTREVISTA) Una pasión: el Arte. Entrevistamos a Patricia Cairoli. Empty (ENTREVISTA) Una pasión: el Arte. Entrevistamos a Patricia Cairoli.




Con motivo del próximo lanzamiento de su nuevo libro, nos ponemos en contacto con Patricia Cairoli, una agradable argentina, muy conocida en los ámbitos "celtibéricos" y siempre dispuesta a compartir sus vastos conocimientos en el campo del Arte. Pero, será mejor que ella misma se presente...



A mis 17 años mi familia casi desmaya cuando dije que deseaba estudiar Bellas Artes. Ante la negativa familiar, (esperaban de mi algo como abogacía o medicina), y por aquello del mandato familiar, me inscribí para estudiar... agronomía! Nada que ver, fue la primer carrera que encontré en la lista de universidades. Luego de varios cuatrimestres comprobé que lo único que me interesaba eran las cátedras en las que observábamos hojas y semillas y las dibujábamos (creo que era taxonomía o algo así). Era 1976, trabajaba y tomaba los cursos nocturnos. Para los lectores que no conocen Buenos Aires, la Facultad de Agronomía se encuentra dispersa
dentro de un inmenso parque. Y digo dispersa por que son una cantidad de pabellones, la mayor parte antiguos. Para salir de la universidad se atravesaba todo ese parque en medio de la completa oscuridad. Había dos entradas, pero con el golpe militar a efectos de control nos cerraron uno de los accesos, de modo que terminaba uno circulando por un bosque siniestro en el cual de golpe te encandilaban las luces altas de los "falcon verdes". Después de algunos encuentros cercanos con estos elementos, decidí que era por completo insalubre mi asistencia a una carrera que no me interesaba y a título anecdótico, cuando fui a retirar mi certificado de estudios secundarios, debí presentar una nota al decano de agronomía, un capitán de fragata! Decidí irme a terminar una especialización que tenía pendiente en lengua y literatura inglesas, cosa de darme un tiempo y pensar que hacía con mi vida, ya que ser profesora de inglés no era lo que diríamos una gran expectativa para mí. Mientras tanto una de las cosas que hice fue casarme y con el tiempo estudiar conservaduría de museos e historia del arte. Esa parte me llevó algunos años y mientras lo hacía también me dediqué a eso que se llama maternidad.
Comencé trabajando en museos, programas culturales y en un proyecto de protección de patrimonio monumental urbano y rural en la provincia de Entre Ríos, en coordinación con el Icomos. Fue un buen proyecto, logramos sacar una ley de protección para unos 30 edificios que posteriormente se amplió a unos 20 más. Luego me desempeñé como Directora de Cultura y como subdirectora de una Escuela de Arte, siempre en Entre Ríos. Cuando regresé a vivir a Buenos Aires instalé una galería de arte e incursioné yo misma en el hacer artístico, con bastante éxito, pero como no se puede estar en la procesión y repicar, me quedé con la parte de comercialización y fui especializándome en lo que se denomina expertizaje y valuación, es decir, si la pieza es original cuál es su valor en las distintas variables de mercado. En principio trabajaba con obra europea y
tuve una beca en la Complutense. En Argentina hubo y hay muchísima obra europea de calidad, traída sobre todo a fines del siglo 19 y principio del 20 por estancieros acaudalados que viajaban a Europa, sobre todo a París y regresaban cargados de cuadros y esculturas. Mucha de esta obra es buena, mucha es falsa, y los llamados para verificar esto son frecuentes. Pero en realidad uno se siente limitado ya que en definitiva la certificación debe ser expedida desde Europa y el trabajo propio, si se realiza seriamente es determinar hasta que punto la obra es auténtica y recomendar al propietario los pasos a seguir. Yo había comenzado a reunir mi colección personal, obra fundamentalmente argentina desde los años 40, y de este modo fue que me especialicé en el período que abarca las vanguardias geométricas desde 1930-40 hasta la transvanguardia de la década del 80. En la Universidad doy clases de valuación y expertizaje, aunque me he tomado un tiempo sabático para escribir mi libro de técnicas y materiales. Precisamente ahora estoy en el trámite de iniciar la publicación con el sello universitario.
Si me preguntas, diré que me ha servido todo lo que a modo formal o informal he estudiado o leído. Hasta la agronomía. Soy tremendamente obsesiva y una vez que entro en un tema no me detengo hasta que lo agoto. No existe un algo que no me llame la atención y me interese y un amigo decía que soy el tipo de persona a quien le das una bicicleta y termina construyendo con las partes una central nuclear. En eso consiste mi trabajo. Para evaluar una obra debes saber desde que materiales se empleaban en un momento determinado como cuál era el mobiliario o la vestimenta de moda. En la época en que comencé a formarme no existía casi la curaduría como carrera, es más, nadie sabía de que hablabas. Hoy se ha puesto en boga, hay mil carreras de curaduría, valuación, administración de bienes culturales. Nosotros nos formamos "a los ponchazos", picoteando de un lado u otro y hoy somos los docentes en las universidades. Fuimos pioneros. Por eso a quien estudia, siempre le digo que no se quede jamás con el texto, que lea, que investigue, que mire, que siempre vaya un paso más adelante, uno más allá. Nunca se sabe cuál es el próximo desafío. Para las próximas generaciones con seguridad será el tema de los medios digitales. No creo que yo me enfrente a eso, con ser experta de 1940 a 1990 me conformo. Sin lugar a dudas es el segmento más interesante del arte latinoamericano.


"La percepción que tenemos en España de Argentina es un tanto negativa en cierto sentido: en los últimos años, el país americano ha sido fuente de avatares continuos. La terrible crisis económica que aun se perpetúa, determinados desastres ecológicos y protestas sucesivas de las capas más desfavorecidas de la población. Son hechos poco ordinarios qué, sin duda, tendrán su eco en las artes plásticas. ¿Qué nos podrías comentar sobre la expresión artística Argentina en la actualidad?."


La visión caótica que se tiene de Argentina en el exterior lo que hace es reflejar la realidad caótica en la que vivimos, ni más ni menos. Para los europeos o norteamericanos es imposible comprender como subsistimos con este desquicio, viene turistas escandinavos a participar de "piquetes" y manifestaciones como nosotros hacemos turismo de aventura yendo al Amazonas. Argentina es un país que en vez de habitantes tiene sobrevivientes. Mi generación, es una generación sobreviviente. Sobrevivimos a la dictadura, a el quiebre generacional más importante que se dio en el siglo XX, a la pérdida de los ideales y la desilusión política, superamos la posmodernidad y ahora estamos intentando sobrevivir a la globalización.

Siempre estamos esperando la catástrofe, cuando no es económica es política. Es como vivir junto al cráter de un volcán, sabés que un día te arrastrará la lava pero mientras tanto allí estás. La semana pasada leía y también sonreía con el tema del paro de camioneros de España y los comentarios sobre el "desabastecimiento". Aquí llevamos 100 días de paro y cortes de ruta por el pésimo manejo político del gobierno en la situación de la retención agropecuaria. La cadena de pagos está casi cortada, el país paralizado, la credibilidad del discurso político se ha perdido completamente, se han obviado la mayoría de las garantías constitucionales, como la libre circulación, la aplicación de impuestos no confiscatorios, la función de los tres poderes, y nosotros como náufragos en medio de la tempestad continuamos remando, confiados en que Dios es argentino y que siempre que llovió paró. En Europa estarían al borde del colapso nervioso con algo así, aquí hasta hacemos chistes. Pesa mucho en nosotros la herencia española e italiana que creo que se traduce en esa personalidad casi delirante de los argentinos y en que siempre se esté mirando el "para afuera", lo que resulta bastante dañino.
Hace poco hablaba con un amigo, maestro rural en una población de frontera de unos 1000 habitantes. El me decía que la ciudad más cercana es de unos 200 mil habitantes. Una ciudad grande del interior argentino, muchas casonas antiguas de estilo francés, mucha construcción de origen italiano, pocos edificios de altura. Este amigo me decía que la mayor parte de sus alumnos no conocen esta ciudad, distante solo 80 Km. del pueblo, y que cuando alguno la visita regresa con desencanto, por que claro, la imagen de "ciudad" que tiene es la de Manhattan, por que es lo que se ve en la televisión por cable. Argentina es un país dividido entre su realidad y la imagen que los argentinos tiene de ella, o la realidad y una sensación de frustración producto de lo que podría ser y no es. Circula aquel chiste según el cual no hay mejor negocio que comprar un argentino por lo que vale y venderlo por lo que él cree que vale.
Siempre nos falta 5 para el peso.
Ahora están todos con que Argentina nuevamente puede ser "granero del mundo", como en la época de la II Guerra Mundial, es decir, nuevamente se construirá la fortuna del país a partir de una crisis mundial de alimentos. Yo no digo que no, por que alguien tiene que proveer los alimentos, claro, pero no dejo de percibir ese tufo a especulación que me resulta irritante.

Todo esto se refleja en el arte argentino. Por un lado hay una gran tendencia que adhiere a lo que se denomina el "mainstream", es decir, la corriente internacional, lo que viene de afuera y entonces se ve obra que podría estar realizada por un madrileño o un húngaro, por que tiene ese carácter internacional y bienalista. Las nuevas tecnologías y todo eso. Obra para gafapastas. En lo personal, soy bastante poco "integrada", más bien tirando a "apocalíptica" sin reservas.

Esto ha sido bastante general en la plástica argentina, en donde "el afuera" ha tenido un gran peso a al hora de definir los estilos artísticos. La mayoría de nuestros artistas se formaron en Europa. Cuando Petorutti regresó al país y realiza su primera exposición cubista en Buenos Aires, tenía que colocar vidrio a las obras por que el público escupía las pinturas, aquí el gusto general se encontraba atado al impresionismo y el postimpresionismo, al realismo europeo, pero ojo, que fuera francés, tal vez italiano. Eduardo Sívori presentó un cuadro pintado en París con el título era "Le lever de la bonne", si hubiera titulado a ese desnudo "Se levanta la mucama", hubiera sido un oprobio. El buen tono internacional, el historicismo europeo, eran lo que se denomina "el buen gusto". En general las rupturas vinieron desde afuera, aunque se adaptaron al contexto local, lo que Oswald de Andrade denominó "Antropofagia". Hay claro, excepciones a la regla. El arte concreto y el Madí son absolutamente argentinos, el informalismo del Movimiento Informalista carecía de contacto con Europa y EEUU y el Arte Destructivo se realizó aquí 4 años que las primeras realizaciones internacionales de esas características. Cuando uno de los realizadores de Arte destructivo presentó en "DIAS", el Simposio sobre destrucción en el Arte que se realizó en Londres en el 66, lo que se había hecho en Argentina con muchísima anticipación, no les gustó nada la cosa e intentaron por todos los medios dejarlo bajo la alfombra. Hoy historiadores como Kristine Stiles recuperan este hecho como uno de los principales antecedentes de las manifestaciones de destrucción. Alberto Greco realizaba acciones y antiarte al mismo tiempo o que Manzoni. Por supuesto como la historia la escribe el norte y no el sur, siempre parece que ha sido en Europa y en Estados Unidos dónde se inventó la pólvora.


La crisis del arte argentino actual es producto de una crisis nacional, mirar hacia afuera, y a la necesidad de introducirse en el mercado global. Por esta formación europeísta o norteamericanicista, no se ha desarrollado una identidad nacional, siempre queremos ser otros y no nos gusta la realidad que existe fuera de nuestra ciudad de Buenos Aires. El puerto de Buenos Aires es la maldición de la Argentina. Estoy desarrollando un proyecto curatorial sobre esto, que espero tener algún día presupuesto para realizar.
Voy a Arte Ba y veo lo mismo que puedo ver en Arco o en Art Miami. Para mí el arte es una forma de reflexión y lo que no veo en este momento es esa reflexión. Como en todo hay excepciones. Un artista como Daniel Santoro encara el tema de la identidad nacional y el enfrentamiento social a partir de una obra basada en el lenguaje visual del peronismo histórico y lo hace muy bien. Es un artista de muchos recursos plásticos y apela a un increíble sentido del humor, ácido, crítico, y dolorosamente nuestro. Hay un colectivo, el Grupo Escombros, que trabaja con materiales diversos e instalaciones en una obra que no puede ser más que argentina. Por ejemplo la bandera confeccionada con analgésicos pintados, o una instalación a la que denominaron Argentina país de lágrimas. La instalación consistía en bolsas plásticas que contenían lágrimas. Colgadas de una cuerda, cada bolsita tenía un cartel, "Lágrimas por los enfermos de Sida", "Lagrimas por los niños subalimentados", etc. Otra que me gustó era la de Argentina país bananero y las imágenes eran por supuesto objetos cotidianos a partir de bananas (plátanos en España). El teléfono banana por ejemplo, (lo tengo colocado como fondo de pantalla en mi teléfono móvil). Por que sí, mal que nos pese somos bananeros y el hecho que no se pueda desarrollar un arte contemporáneo con identidad lo demuestra. Podría citar más artistas, Diego Perrota por ejemplo, pero cuando uno cita siempre comete el pecado de omitir a alguien y quedar mal. Preferiría no hacerlo.


Hablas de que la crisis del arte argentino radica en la ausencia de una identidad nacional. No deja de ser curioso en un mundo qué, precisamente, se mueve hacia lo contrario, hacia la globalización y la unificación. ¿Crees que el Arte puede ser una vía para oponerse a esa globalización unificadora?¿O es solo un medio para reafirmarse en una identidad objetiva sin afirmar contra otras corrientes más "cosmopólitas"?. ¿Como entiendes la identidad del arte argentino?. Quiero decir... a que camino - en el fondo y en la forma- debería mirar el arte argentino, en tu opinión?.


En la primera respuesta hice una referencia a Eco y dije que soy una apocalíptica. Fijáte que ese libro es un anticipo de lo que se venia, la famosa globalización. Oponerse a la globalización creo que es un imposible desde todo lugar. El arte puede denunciarla o reflejarla, pero creo imposible proponer un cambio desde el arte.
Hace ya muchos años, allá por el 93, en las Jornadas de la Crítica se encontraba invitado un crítico español cuyo nombre no recuerdo, pero si recuerdo sus palabras. Resulta que al pobre tío le habían dado un tema y al aterrizar en Ezeiza se enteró que se lo habían cambiado por algo así como "identidad del arte latinoamericano". El hombre comenzó relatando la pequeña odisea del cambio en su ponencia a última hora, y luego procedió a decir que comenzaría preguntándose si existía un arte latinoamericano, si existía una identidad latinoamericana y si en definitiva existía Latinoamérica como unidad.


Me encantó. La globalización es una situación política. La cultura puede globalizarse en las grandes ciudades y hasta ahí nomás. Madrid sigue siendo Madrid, con su Retiro y sus cafés, Buenos Aires será siempre Buenos Aires, y si te transplanta un plato volador, de un modo instantáneo sabrás si te encuentras en NY o en Génova, a menos claro que te deje en un MC Donald, un aeropuerto o un shopping mall, lo que se denominan "no lugares", sin identidad e iguales en todas partes. Por razones políticas o geopolíticas hablamos de cosas como "unidad latinoamericana" o "MERCOSUR". Para un estadounidense un puertorriqueño es latino, los portorriqueños se sienten como el jamón del medio y para nosotros todo lo que está en una cultura norteamericana es gringo. Hay una crisis innegable de identidad americana. Decimos que somos americanos, así, en general, pero más allá de los buenos deseos si voy a Bolivia o Perú no me identifico con la cultura. Me parecerá todo fantástico, lo arqueológico me resultará fascinante y el resto, como dirían los ingleses, "so typicall". No creo en la identidad latinoamericana y no creo en una identidad nacional, tal vez cuando otorgan un premio Nobel a un científico, si Argentina gana un campeonato internacional de fútbol, rugby o tenis, ahí si, todos somos "argentinos", desde Ushuaia a la Quiaca, y por supuesto, las Malvinas y el dulce de leche, que son argentinos hasta la médula. Poco es lo que identifica a un neuquino de un salteño, solo las ganas de identificarnos. Los argentinos descendemos de los barcos dicen. La población europea o descendiente de europeos es muy grande y el racismo encubierto es tremendo. Acá dicen con un cierto orgullo, "Ahh, en Argentina no hay negros", como si fuera algo estupendo, cuando la verdad es que a la población afro argentina y a la población indígena se ocuparon distintos gobiernos de diezmarlas, un inmenso genocidio del que se habla poco. Nos es políticamente correcto decir que en el siglo XIX nos pasamos a baraja a la mayor parte de los indígenas, que las batallas de la independencia se hicieron poniendo a los afro americanos como carne de cañón o que la Guerra con el Paraguay fue uno de los mayores genocidios americanos, en la que no solo se terminó de diezmar a la población de color sino que se exterminó a la casi totalidad de población masculina de un país. La calificación que recibe el mestizo es de "negro", "cabecita negra", groncho y varias más, y no son muchos los argentino europeos que se identifican con esta realidad racial y social. Los descendientes de europeos se han criado mirando hacia el país de origen, Italia, España, el que sea, como una especie de tierra mítica y superior. "Ahh, nosotros los tanos", o "Yo soy de Lombardía, no del sur de Italia", y lo dice un tipo que nació acá y que la única relación que tiene con Italia es el bisabuelo y a lo mejor una cuenta en la Banca Nazionale.
Para que un arte sea argentino o un arte nacional, no es necesario que ponga coyas o gauchos, simplemente que suceda como en una ciudad, que no nos confundamos Madrid con Atenas ni Buenos Aires con Lisboa. Puede ser todo lo moderno que el artista tenga ganas de ser, pero de algún modo al verlo me gustaría sentir que eso pertenece a este lugar, como sucede con el arte brasileño o el mejicano. Fijarse por ejemplo, un Reverón, esa luz que enceguece solo puede pertenecer al Caribe. Ves la obra de Romero Britto, neopop, y que más puede ser que brasilera. Siqueiros, Tarsilia, Berni, tienen una identidad. Incluso dentro de la abstracción encontrás movimientos como Arte Concreto, Madi, nueva Figuración o Informalismo que a pesar que respondían al "mainstream" del momento ( que por entonces se llamaban vanguardias y no mainstream), tienen una neta identidad nacional, una problemática y una imagen nacional.
Hoy hay un fenómeno que califico sin dudarlo como perverso. Es más importante lo que sucede en el entorno del arte que en la producción artística. Es más importante la "visión" del museógrafo, historiador del arte o curador que la obra en si misma. Es más trascendente la puesta que el contenido. Lo que Santana llama el fenómeno y el epifenómeno. Bueno, hoy el epifenómeno se come al fenómeno.
Tenés las bienales y ferias y en todas es más de lo mismo. Casas más, casas menos, igualito que Santiago decía creo Don Atahualpa. La obra carece de identidad por que responde a una demanda. La demanda la establecen los críticos, lo que se denomina ahora los "tastemakers", los curadores que establecen lo que sí y lo que no y que ponen discurso en donde en ocasiones solo existe vacío. A lo mejor es que hay más curadores de los necesarios. Hoy por hoy en Argentina deben estar egresando unos 50 curadores por año de las universidades. Me pregunto de qué van a trabajar. Hay entonces que otorgar un lugar de validación, inventar la fuente de trabajo. No digo con esto que la tarea del curador no sea importante, cuidado. Se que me van a llover cascotazos por esta declaración, pero me parece que hay que tener cuidado y sobre todo criterio. Por ejemplo, una Bienal fundamental como Sao Paulo este año no exhibirá obras, sino que los curadores y críticos reflexionarán sobre las obras y el hecho curatorial. En mi blog propuse realizar una exposición sin obras, en la que solo se pondrán en las paredes textos críticos sobre las obras seleccionadas. Muchachos, creo que el hacer artístico existe más allá del crítico, del curador y de la reflexión teórica.
Cuando un tipo como Luis Wells en el 60 hacía objetos con material de desecho, eso era neodada y el ni lo sabía, por que no tenía idea qué era el neodadá, apenas si sabía que existía Rauschemberg y las cosas que hacía mayormente se las tiraban por la cabeza, la crítica decía que eran "canaletas de desagüe" y hoy son piezas de museo. Esa gente trabajaba en función de una idea de ruptura, una idea revolucionaria, no trabajaban pensando en lo que se iba a vender o no, es más, ni ellos creían que alguien podía comprarlo. Hoy cualquiera hace algo más o menos y si abrocha un curador que le ponga el discurso a lo mejor emboca y en unos años es un hit comercial. No niego la parte comercial del arte, aparte por que vivo de eso en un gran porcentaje, pero sí reniego de los artistas inventados, del arte como una apuesta de inversión, de los concursos al estilo Telefónica donde sabes que para ganar tenés que presentar una determinada cosa, o los concursos en donde los artistas seleccionados reciben "instrucciones" sobre lo que deben hacer, al estilo del Premio Petrobrás.
No creo que el arte solucione ninguna crisis de nada, por el contrario, creo que el arte es un grito del alma, un dolor o una emoción que se expresa como forma y como color. El arte es crisis, es ruptura, y este arte hoy no rompe nada. El arte parece haberse constituido en la visión estetizada de una realidad con la que no podemos convivir de otro modo. La transformamos en arte como un modo de aceptación. Puede haber un arte argentino con identidad? Hay claro excepciones, pero hasta que nos importe menos entrar en el mercado internacional y hacer lo que el mercado pide o suponemos pide, va a ser difícil. Y creo que se comete un gran error, por que el coleccionista lo que busca precisamente es esa identidad, esa unicidad del objeto, el que sea un hecho referencial no transferible. Ahora todos están con los medios digitales y pareciera ser que los medios tradicionales como la pintura tienden a la desaparición. La muerte de la pintura la anunció Plinio en el siglo I y acá seguimos, con el pincel en la mano. Todo pasa y todo queda. Tal vez esto no sea más que interregno, un momento de transición, es más, es posible que mucho de lo que hoy se produce sea absolutamente olvidable.
Entonces, puede el arte "salvarnos" u "oponerse" a la globalización? No, creo que el arte solo puede denunciar, brindarnos si cabe, una visión diferente. No se si es realmente posible, como apocalíptica, creo que la cultura y la sociedad tienden a una completa banalización, en la que las formas son más importantes que los significados. Creo, y lamento creerlo, que nos encontramos a las puertas de una nueva Edad Media, en la cual el conocimiento se encontrará en manos de unos pocos. Pero a diferencia de la Edad Media, no será por que los medios no se encuentren a disposición de todos, sino por que se carece de las herramientas de reflexión necesarias para acceder al conocimiento, al arte y a la cultura. El público toma lo que ya viene envasado, en cápsulas de Wikipedia. Si lo dice el telediario, por que no voy a creerle?


¿Crees, por tanto, que la identidad en el Arte es espontánea?. ¿Como crees que se conguja la identidad de una corriente artística, como puede ser la nacional, con la individualidad del artista?. Al fin y al cabo, el arte es la expresión de un sujeto. ¿Puede ese hecho ser la causa de la internacionalización y pérdida de raices de la forma artística?


Tal vez este sea un momento de poca identidad y por ello tenemos esta lectura de crisis del arte, cuando en verdad lo que se encuentra en crisis es la estructura de la sociedad, las formas políticas.
El arte se identifica con su momento histórico y esta identificación en un mismo espacio y en distinto momento histórico no expresa siempre lo mismo. Si tomamos como ejemplo a Francia, vemos que durante el clasicismo el arte no es igual que en el romanticismo. Hay un cambio político y social y se manifiesta en el arte. Responde a una necesidad, a un cambio de pensamiento y las artes reflejan esto. No se si llamarlo espontáneo.O tal vez diría que es espontáneo pero no casual. Hay una cantidad de gente pensando y trabajando en pos de una idea, por tanto comienzan a surgir manifestaciones al respecto. Lo que sucede es que una cosa es una corriente internacional, lo que llamamos estilos internacionales, que poseen características determinadas y otra cosa es como cada uno de estos estilos se adapta en cada región, y como lo lleva adelante cada artista que participa del estilo. Si tomamos a todos los impresionistas, hay elementos que identifican al estilo pero cada uno de ellos tiene en el desarrollo de su obra elementos propios, que responden a su propia investigación, a sus objetivos y su "maniera".El impresionismo francés no fue igual al italiano, La elección del modelo, la forma de la pincelada, el empleo del color son distintos en cada uno. Cuando realizamos la experticia de una obra de arte, hay determinados elementos que buscamos; identificar lo que se denomina "la paleta" del artista, i.e. una artista emplea un azul y no otro; o posee una pincelada cruzada, o pinta a espátula, etc. Son estos rasgos propios la identidad de la obra.
Creo que en alguna parte del foro hablé sobre el arte como pensamiento abstracto. Habitualmente calificamos como abstracción a un estilo de obra, pero el arte es abstracción en su totalidad desde el momento que el pensamiento humano es abstracto. Por ello, si tomamos a cinco personas, las proveemos de los mismos materiales y el mismo modelo, cada una de estas personas realizará una obra diferente, por que las obras resultantes serán lo que cada uno de nuestros "artistas" ve. Siempre existieron estilos, tendencias, corrientes y vanguardias. Hoy lo que siento es la ausencia de los lenguajes propios y las problemáticas locales.
Hay un mainstream en el cual veo poca diferenciación, y entonces es posible que sea eso la característica del estilo, este lenguaje globalizado, que como apocalíptica no puedo considerar bueno.
Como en todo momento, más allá del mainstream hay una cantidad de artistas que no responden a él y que continúan planteando otras propuestas, que de alguna manera se encuentran fuera del sistema. Esto no significa que no participen del circuito comercial del arte, sino que poéticas independientes coexisten con la corriente principal de la época. Y es excelente que así suceda. El arte es uno de los pocos espacios puros de libertad que aún existen.
Creo que la humanidad ha evolucionado tecnologicamente, pero eso no nos ha hecho mejores personas, solo hemos logrado hacer las cosas con mayor comodidad, velocidad o eficiencia. Tenemos vacunas, calefacción, agua caliente que sale de un grifo. Disponemos de microondas y no tenemos necesidad de amasar el pan. Pero no creo que el Gug de Bilbao, paradigma arquitectónico de este siglo, dure lo que ha durado la Catedral de Chartres y lo único que nos distancia de la matanza de Beziers es que hoy no nos harían falta la espada y el cuchillo para liquidar en un día a 30mil personas. Existe una tremenda confusión entre crecimiento y desarrollo y en esta brutal confusión lo que perdemos es humanidad.


Te consideras una "apocalíptica". ¿Crees en vigor esa clasificación qué, en su momento, manifestara U. Eco entre "Apocalípticos e Integrados"?.


Tal vez sea un término medio, pero bastante más apocalíptica que integrada.Como lo mencioné antes, creo que hay una banalización de la cultura y la sociedad y no puedo ni quiero ser parte de ello. No soy optimista con la globalización, no veo que las nuevas herramientas tecnológicas sean la respuesta a todo. No creo que por que la biblioteca Vaticana se encuentre digitalizada y en red será esto un avance para la humanidad, ya que la mayor parte de la población ni siquiera sabe usar el diccionario. Para mi claro, es utiísimo poder consultar desde mi ordenador cualquier archivo y biblioteca; se manejar internet, leo varios idiomas, no tengo problemas en ello. Para quien no sabe hacerlo, es como tener un tenedor y que hayan servido sopa. Por lo tanto, si tenemos la herramienta pero no la práctica y las herramientas de uso, es tan útil como las bibliotecas de la Edad Media. Me agradaría más que el desarrollo se encontrara puesto en el crecimiento intelectual de la sociedad que en el crecimiento tecnológico. Es como los telefonos móviles. Podemos comunicarnos con quien sea en todo momento, el tema es preguntarnos qué tenemos para decir. Hace 15 años ni pensabamos en telefonos de bolsillo y vivíamos igual de felices. Siempre es la diferencia entre forma y contenido. Siento que la cultura actual se queda en las formas. Soy bastante talibán en mis creencias y afirmaciones. Citando también a Eco en otro libro, "El nombre de la rosa", diría que no tengo la verdad pero estoy muy segura de mis errores.


En tu opinión, cual es el futuro del arte. ¿Crees que esta crisis a la que se apunta será superada por nuevas tendencias formales?¿Existen indicios en este punto?¿Podrías recomendarnos autores en este sentido o tal vez, no se vislumbra nada realmente novedoso?.


Si hablamos del futuro del arte como si se tratara de una especie en extinción, no es así, de ninguna manera,en la medida que existan hombres existirá también el arte, ya que el arte es una reflexión del hombre sobre sí y sobre su entorno. Las distintas formas de pensamiento van modelando paradigmas del arte. La pregunta a responder es qué, de la producción actual, entrará en la historia del arte. Los cambios de lenguaje han sido en la historia difíciles de comprender por sus contemporáneos y vivimos hoy un momento que posiblemente sea uno de los cambios más importantes de los últimos siglos. Entre toda la inmensidad de la obra actual, por supuesto que existen propuestas innovadoras y genuinas, la cosa es estar con el ojo atento y la mente abierta. Puedo dar una lista de lo que a mi me agrada de la producción actual y muchos me quedarán en el tintero, preferiría no hacerlo, siempre hay con quien quedar mal.


Tu especialidad son las vanguardias geométricas desde 1930 a 1940 y la transvanguardia. El período de entre guerras en Europa fue muy fructífero en cuanto a nuevas formas y grandes autores. Desde el expresionismo alemán hasta el dadaísmo o el surrealismo. ¿Qué nos puedes contar sobre el ambiente en la argentina de aquella época?.


Mi especialidad, especificamente son los movimientos a partir de las vanguardias geométricas en los años 40, la vanguardia informalista y los movimientos de los 60 y 70 y lo que en europa se denominó la transvanguardia y en Argentina se corresponde con en retorno de la democracia de los años 80. En realidad en Argentina no es del todo correcto hablar de transvanguardia, se ha adoptado este término acuñado por Bonito Oliva, pero aquí implica no solo el retorno a los medios pictóricos sino a la recuperación de las libertades individuales y la libertad de expresión.


Hemos tenido noticias de la inminente edición tu nuevo libro. ¿Qué nos puedes comentar sobre esta nueva obra sobre la Historia del Arte.?


Si, estoy trabajando en la próxima edición del libro. En principio lo haría con la universidad, aunque hoy he recibido otra propuesta de modo que no puedo decir aún con que sello saldrá. En verdad no es una historia del arte, sino que es un thesauro ( ya sabes como me agradan los diccionarios) del lenguaje del arte. El significado y etimología de los términos y desde cuando se encuentran en uso los diversos materiales, cual ha sido su historia y desarrollo. En verdad trabajé mucho tiempo sobre ello. La primer parte la desarrollé durante el 2005 al tiempo que enseñaba en la universidad y me dedicaba a la tarea de asesoramiento particular, y posteriormente en el 2006 decidí tomarme un tiempo sabático, que alcanzó hasta agosto del año pasado. En ese momento di por finalizado el texto y un amigo lo envió a Jorge López Anaya, uno de los principales, si no el principal crítico e historiador del arte argentino para que diera su opinión. En ese momento confieso haber experimentado un pánico impresionante, pensando que Anaya destrozaría mi texto. Por el contrario. Luego realicé un alto en la corrección para dedicarme a investigar y escribir el texto para el libro de Luis Wells, que esperamos presentar el año próximo. Ahora estoy trabajando en el catálogo para la exposición de Wells en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta en noviembre y regreso al texto de mi libro, que se titula "De qué está hecho el arte". Del libro lo que puedo decir es que me divertí muchísimo mientras lo escribía. Trabajé con etimologías comparadas para constatar desde que momento se encontraban documentados los términos, cómo y cuando habían pasado de un idioma al otro. Hubo algunos temas en los que ocupé fines de semana completos. Algunas cosas muy divertidas y sorprendentes. Por ejemplo con el tema del papel, hay documentos en los que figura que el rey había dictado tal ley y se había escrito sobre papel, material innovador para el tiempo que esto se había redactado, y que había mandado hacer copia en pergamino, "por si papel rompiera". Me resultó maravilloso, los tíos backapeaban el papel! Llamativo como comparación a las nuevas tecnologías, me hizo recordar cuando se popularizó el ordenador y además de guardar en disco guardabamos copia impresa por que desconfiábamos del sistema. Esto igual. Frases fantásticas, como la de Plino. "la pintura es un arte moribundo", por que como se había puesto de moda el mosaico, le parecía que no se pintaría más. O la de un caballero cuyo nombre no recuerdo en este momemento, que opinaba que "una buena pintura, como un violín, debe ser marrón", lo que signó toda una época de pinturas oscuras. O hallar palabras que un principio uno juzga anodinas y resulta ser que detrás de algo que parece intrascendente hay toda una etapa de la historia del arte. Una de ellas es la palabra caroca, pero me reservo el relato para otra ocasión. Hoy comienzo a releer mi texto y desearía agregar una infinidad de cosas que considero faltan, pero creo que en algún momento hay que detenerse, por que sino es la obra del templo, infinita. Ojalá pueda realizar la segunda edición corregida y aumentada. Hoy me conformo con esta, que no es poco. Luego se verá. En paralelo han surgido una cantidad de proyectos que aguardan, pequeños borradores que han quedado guardados en la memoria del ordenador. Ya veré que hago con ellos.


¿Podrías contarnos algo sobre la estructura formal de tu trabajo?.


Si. Mi trabajo es una etiología de la historia de aspectos centrales constitutivos del arte. realizada a partir de un abordaje diacrónico: Estas palabras tan complicadas las ha dicho un editor, no yo. En realidad hace unos tres o cuatro años, enseñando en la universidad, percibí la pobreza que existe en el empleo de términos técnicos a la hora de la catalogación y también una cierta confusión. Comencé entonces a investigar, inicié la cosa por el lado de los colores y los pigmentos y cuando tuve reunidas una cantidad considerable de páginas detuve el trabajo por motivos familiares que demandaron mi atención por varios meses. La idea del texto se resume en el título, "De qué está hecho el arte", es decir, cuáles son los materiales que se emplean y se han empleado para construir la obra de arte, su origen, modo de uso, como se han adaptado a los diversos usos, la etimología de los términos, como han ingresado en los diversos idiomas. También abordo términos que no hacen a los materiales sino a conceptos o a la historia del arte. El trabajo se desarrolló en dos etapas de investigación. Cuando tuve el primer original terminado, lo entregué a un amigo que actuó cmo primer lector y que se tomó el trabajo de ir página por página del diccionario agregando lo que le parecía podía ser de interés de ser agregado. Luego traía a diario unas cinco páginas con estos agregados y yo investigaba sobre los términos que él proponía. En temas muy específicos conté con la generosidad de gente como el Ingeniero Oñoro, que me facilitó su publicación sobre adhesivos. El acceso via internet a bibliotecas y archivos fue de una inmensa ayuda, ya que pude acceder a publicaciones técnicas que de otro modo hubiera resultado imposible. En verdad no tenemos aún una clara idea de la valiosa biblioteca que tenemos a nuestra disposición en línea. Al texto se encuentra ordenado alfabeticamente, a modo de glosario, por que era el modo más lógico para darle un orden. Ahora estoy dedicada a agregar algunas cosillas que me quedaron en el ordenador a modo de apunte y ya, a lanzarlo al mundo. No es el tipo de texto que se da por definitivamente terminado, por que el progreso de uso de materiales y el de la investigación hacen que se pueda agregar información en forma constante.


Y sobre tu otro proyecto literario, ¿Qué nos puedes contar?.


Mis otros proyectos son un libro de artista que esperamos se publique para mayo del año próximo, un catálogo para una muestra que se realiza en noviembre y una novela que en este momento duerme en un rincón del ordenador, dentro de una hermosa carpetita amarilla. La novela se llama "En Pampa Solari" y nació a partir de una serie de cuentos que escribí hace ya varios años. La temática es no diría autobiográfica, pero narro una serie de anécdotas y acontecimientos de los que fui testigo o partícipe de algún modo. Transcurre en una pequeña ciudad de ficción, Pampa Solari, recreación ficcional de un espacio físico real al que conozco muy bien. Los personajes son un poco ficción y un poco real, y quizás lo que parece ficción es lo que ha sido real y lo real lo que ha sido ficción. Fue uno de esos lugares en donde parece que el viento fue arrastrando y acumulando frikis, una cantidad de desertores de la vida, delirantes, místicos, desesperanzados y magos. Con "Pampa Solari" sucede algo gracioso, por que mis hijas han oficiado de primer lector en algunas partes y reconocen a los personajes, o mejor dicho, el juego es reconocer los personajes, los aontecimientos o los espacios. Para regresar a él necesito un tiempo que hoy por hoy no tengo, de modo que seguirá en su carpetita hasta que pueda retornar a construir ese espacio. En el Barco colgué en una ocasión un cuento que es el primer capítulo de Pampa Solari, se titula "Plaza" y está aquí : http://elbarcoceltibero.mundoforo.com/plaza-vt404.html


Tal y como nos has contado, tus inicios profesionales distan del Arte y su estudio. Pero, si un chaval decide iniciar su carrera profesional en este campo, allí, en Argentina. ¿Podrías contarnos como está estructurada la formación en esta materia, a nivel universitario? A parte de la Universidad Argentina… ¿ Como ves la carga lectiva de este campo humanístico en el resto del sistema educativo?.


En este momento las posibilidades que se han abierto en torno a las carreras relacionadas al arte es tan inmensa que en verdad no sabría que decirte. Carezco de vínculo con la universidad pública, de modo que no podría aportar nada con respecto a la estructuración actual de las carreras. En el nivel privado tienes desde historia del arte, curaduría, licenciatura en gestión, restauración y una cantidad de oferta más. En la universidad en la cual soy docente existen Historia del arte, Restauración, Valuación y Expertizaje y Artes Visuales que conviven en feliz armonía en un edificio propio. Allí la cursada es diaria, en diversos turnos según la carrera, son un promedio de 10 materias anuales con una práctica profesional a fin del segundo año. A los dos años se otroga un título intermedio como técnico y luego si deseas cursas la licenciatura, que te lleva unos tres años. Para recibirte de licenciado debes presentar tu tesis y realizar el período de práctica profesional.
Qué le diría a un chaval? Que no se conforme con lo que brinda el espacio educativo, que trate de formarse en la mayor cantidad posible de campos. Que no deje de ver, que asista a las exposiciones, a las conferencias, a talleres de arte. Que lea y por sobre todo que investigue, que no se quede con la palabra ya impresa sino que busque su propio material, por que muchas veces y sobre todo en lo que hace al arte contemporaneo, la crítica y la palabra pueden responder a intereses. Por fortuna existen, al menos en la Capital Federal dos archivos y centros de investigación dedicados exlusivamente a la Historia del Arte que son excelentes: el Archivo Payró y la Fundación Espigas. Espigas mantiene un archivo accesible vía web, al Payró es más dificil acceder, los archivos no se encuentran informatizados. Creo que lo fundamental es leer y aprender a filtrar la información. Hoy hay mucha más posibilidad laboral que hace veinte o treinta años cuando yo comencé. Se han abierto cantidad de salas de exposición, centros culturales, medios dedicados al arte y si bien no digo que sea sencillo el iniciarse en el trabajo, tampoco presenta las dificultades que presentaba antes, cuando estudiar una carrera relacionada con el arte era casi condenarse a morir de inanición. Con respecto a la carga lectiva, presenta el mismo nivel de exigencia que cualquier otra carrera. Tendría que decir que en general el nivel de exigencia académico ha bajado si comparo con 30 años atrás, pero esto se da en todas las áreas. En la educación inicial, en el nivel secundario. La formación de los alumnos en general es de floja a pésima, suelo encontrar baches de conocimiento gigantesco en los alumnos que ingresan al primer año. Hay universidades en las que algún docente tuvo la peregrina idea de realizar un test de conocimiento general y las respuestas fueron apabullantes ( ver http://www.clarin.com/diario/2004/05/19/sociedad/s-03015.htm ) Uno de los grandísimos errores que se cometieron en la educación argentina fue instalar el sistema de polimodal, cuando ya se sabía que en España resultaba un fracaso. Antes te recibías de bachiller o de perito mercantil. En mi caso por ejemplo me recibí de bachiller especializado en pedagogía. Con el polimodal lo único que se consiguió fue una mala formación y llevar a la quiebra a una cantidad de instituciones educativas privadas que carecían de infraestructura suficiente para aplicar el sistema polimodal. Un desastre. Hoy sufrimos las consecuencias.


En España y en la medida que nos acercamos al modelo europeo, la formación humanística no pasa sus mejores momentos.
En este sentido, ¿como ves la situación en Argentina?.


Bueno. No se si es una aproximación a un modelo. Creo que en general la formación humanística pierde calidad. Por un lado lo que señalé con anterioridad, la mala formación a nivel secundario atenta contra la formación universitaria. La pérdida de los hábitos de lectura y escritura por ejemplo. Suele sucederme que cuando dicto clase doy por sentado que los alumnos tienen determinados elementos o manejan herramientas básicas que resulta ser que no tienen ni manejan, y el tiempo que debería dedicar a mi tema debo dedicarlo a enseñar algo que debía haber enseñado un profesor secundario. Suceden cosas que considero insólitas, como que los alumnos consideren que la bibliografía es una especie de decoración de la materia y que no asuman que es algo de lectura obligatoria. Es para mí inaudito y no habría sucedido cuando yo estudiaba. La bibliografía era algo para ser estudiado y el docente tenía el pleno derecho de preguntar sobre ella así no la hubiera mencionado explicitamente en la cátedra. Ahora me encuentro estudiantes que en la mesa final me miran azorados y me dicen que "yo no hablé de eso en clase". Vienen a clases, toman notas y creen que solo rendirán examen sobre los puntos que han anotado. Obvio que esto sucede por que la formación de base es pésima, luego no podemos pretender que se produzcan milagros con la formación universitaria.Siento que es como si el alumnado esperara que se le brinde una píldora de sabiduría, y que con poco esfuerzo resumirá siglos de conocimiento. Hay en el aire una inmediatez que mata. Estoy segura que hay un deterioro y se debe a un sinnúmero de razones que confluyen en la educación.Allá por mis años de estudiante tuve un profesor, un arqueólogo excelente. Antonio Austral. recuerdo que el primer día que apareció en el aula sus palabras fueron "en mi cátedra habla el que sabe, y quien no sabe se calla. Por lo tanto, yo hablo y uds. escuchan". Nos pareció una afirmación de terror. Pasado un tiempo, cuando comenzamos a manejar las primeras herramientas de la materia, hablabamos como cotorras y teníamos derecho a equivocarnos. Pero para ello tuvimos que aguantar un período en el cual abrir la boca era ser condenado a la mirada helada de Austral. Creo que ese tiempo para la reflexión falta.
De todos modos algo deseo agregar, y es que una de las cosas que nos enorgullece aquí es nuestra universidad pública. La enseñanza uiversitaria pública es de excelente calidad, superior a la privada y al alcance de quien la desee. No cuesta un centavo al estudiante y forma los mejores profesionales. Quienes nos dedicamos a la docencia lo hacemos más por amor que por cualquier otro motivo, ya que los sueldos son lamentables. Aquí vienen a formarse profesionales de todo el mundo, por la calidad de la enseñanza y también y por que no decirlo, por que conviene económicamente. La universidad es gratuita y un estudiante puede sostenerse mensualmente por poco más de lo que cuesta una cuota universitaria europea.


¿Como ves el futuro de la universidad pública Argentina?. En concreto, en relación con las materias humanísticas.


creo que hay una demanda de nuevas carreras. Que la universidad pública no está cubriendo, por lo tanto hay mayor propuesta privada y un alumnado en aumento. Sumemos a esto que varias universidades privadas ofrecen títulos intermedios, eso incentiva al alumnado, por que tu cursas tres años y si no puedes proseguir, al menos obtienes un grado técnico.
La universidad pública debe replantearse algunas cosas, o el estado debería hacerlo.
El futuro de la UP está ligado a un proyecto de nación que no veo que exista.

Arriaz
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