HISTORIA DE LA NACION CARAÍBA
Mar Mar 06 2012, 21:37 por Egho
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HISTORIA DE LA NACION CARAÍBA
PROLOGO
En este trabajo encarado con la seriedad que amerita toda historia y conclusiones propias fundamentadas en el análisis de documentación histórica, …
PROLOGO
En este trabajo encarado con la seriedad que amerita toda historia y conclusiones propias fundamentadas en el análisis de documentación histórica, …
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FALACIAS DE LA HISTORIA (I); YATASTO
Miér Jun 27 2012, 03:43 por Egho
Con este articulo prosigo en este nuevo foro la serie de falacias historicas inciadas en el viejo barco.
Espero que dentro de los próximos cinco siglos algún inquieto investigador nos "descubra" …
Espero que dentro de los próximos cinco siglos algún inquieto investigador nos "descubra" …
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A 203 AÑOS DE LA REVOLUCION FRUSTADA
Jue Mayo 30 2013, 02:15 por Egho
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Los 25 de Mayo, los criollos –en realidad los habitantes de Buenos Aires - festejan –yo no, pese a ser criollo- ese dia como el de la ruptura definitiva con los débiles lazos que nos …
Los 25 de Mayo, los criollos –en realidad los habitantes de Buenos Aires - festejan –yo no, pese a ser criollo- ese dia como el de la ruptura definitiva con los débiles lazos que nos …
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CORRUPCION SE ESCRIBE CON K
Jue Mayo 30 2013, 01:58 por Egho
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El sábado pasado, muchísimos idiotas útiles, alguno engañados y unos cuantos mafiosos festejaron los diez años de la “era” “K” ; 25 DE MAYO DE 2003- 25 DE MAYO DE 2013.-
Un gran …
Un gran …
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FALACIAS DE LA HISTORIA (IV)
Miér Jun 27 2012, 06:22 por Egho
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FALACIA DE LA HISTORIA IV
CARNE DE CAÑON
¿Podremos Llegar a Viejos? [SEPA/Diario El Peso] –(Edicion del 18/04/2011)
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FALACIA DE LA HISTORIA IV
CARNE DE CAÑON
¿Podremos Llegar a Viejos? [SEPA/Diario El Peso] –(Edicion del 18/04/2011)
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La "gran caza de brujas"
:: AGORA :: CULTURA EUROPEA
Página 1 de 1.
18032011
La "gran caza de brujas"
Existe hoy en día un consenso generalizado (por lo demás, sorprendente) entre los historiadores modernos del tema: La “gran caza de brujas”, como tal, jamás existió. Y el fenómeno que en realidad existió obedeció a causas muy diferentes a las tradicionalmente presentadas como tales.
Entre 1428 y 1782 (carecemos de datos anteriores fiables), en Europa y sus colonias americanas, fueron ejecutadas por brujería alrededor de 45.000 personas, lo que no supone sino una mera fracción de las personas legalmente asesinadas por razones tan dispares como la herejía, el robo, la traición o cualquier otro motivo al uso. Alrededor del 40% de los ejecutados eran hombres, lo que invalida, de salida, las tentaciones de explicar “la gran caza…” con el cliché de la “represión patriarcal” que ha sido utilizado en ocasiones (por la denominada “teoría de la misoginia”; véase: Pavlac, Brian A. "Ten General Historical Theories about the Origins and Causes of the Witch Hunts," Prof. Pavlac's Women's History Resource Site. (October 31, 2001).
En realidad tan solo una mínima fracción de todas aquellas personas denunciadas por sus vecinos como culpables de brujería (denuncia que obedecía de hecho a las más diversas relaciones de mala vecindad, dato del que eran conscientes tanto inquisidores como autoridades civiles) llegaría a ser siquiera procesada. Habitualmente el clero se expresaba con autoridad para evitar acusaciones fanáticas y abusivas: San Agobardo, arzobispo de Lyon (m. 841) escribió Contra insulsam vulgi opinionem de grandine et tonitruis (contra las necias creencias de la gente sobre el granizo y el rayo); el Papa Gregorio VII en 1080 se dirigía al rey Harold de Dinamarca prohibiendo que las brujas fueran sentenciadas a muerte. Riezler (Geschichte der Hexenprozessen in Baiern) reconoce que "entre los representantes oficiales de la Iglesia, esta tendencia más saludable prevaleció hasta los umbrales de la epidemia del juicio de brujas, o sea, hasta avanzado el siglo XVI". En el Sínodo Provincial de Salzburgo de 1569 (Dalham, Concillia Salisburgensia, p. 372) se evidencia una fuerte tendencia a prevenir la imposición de la pena de muerte en acusaciones de brujería, insistiendo en que éstas no eran sino ilusiones diabólicas.
Pero no hay duda de que en el siglo XIV algunas constituciones papales de Juan XXII y Benedicto XII (cf. Hansen, Quellen und Untersuchungen, pp. 2-15) estimularon mucho el enjuiciamiento por brujería y otras prácticas mágicas por parte de los inquisidores, especialmente en el sur de Francia. En un juicio a gran escala en Toulouse en 1334, de 63 personas acusadas de ofensas de este tipo, 8 fueron entregadas al poder secular para ser quemadas. El resto fueron a prisión de por vida o condenados a fuertes penas. Dos de las condenadas, ambas ancianas, confesaron después de ser torturadas haber asistido a un aquelarre de brujas, haber allí adorado al demonio y ser culpables de indecencias con él y otras personas presentes, así como de haber devorado carne de niños. (Hansen, Zauberwahn, 315; y Quellen und Untersuchungen, 451). En 1324 Petronilla de Midia fue quemada en Irlanda por recomendación de Richard, obispo de Ossory. Durante este período, los tribunales seculares acusaban y enjuiciaban por brujería con igual o mayor severidad que los tribunales eclesiásticos, recurriendo a la tortura y a la hoguera.
No existe constancia de que se llevara a cabo juicios de este tipo por parte de inquisidores eclesiásticos en Alemania durante los siglos XIII y XIV. Alrededor del año 1400 encontramos muchos enjuiciamientos de brujas en Berna, Suiza, dirigidos por Pedro de Gruyères, que, a pesar de lo que afirmara Riezler, era sin lugar a dudas un juez secular (Hansen, Quellen, etc., 91 n.). También fueron jueces seculares los que mataron a 200 brujas en Valais (1428-1434) y más de 150 en Briancon en 1437. Las víctimas de los inquisidores, ej. en Heidelberg en 1447; o Saboya en 1462, no parecen haber sido tan numerosas.
Algunos historiadores apuntan a la bula Summis desiderantes affectibus del Papa Inocencio VIII (1484) como origen de la fiebre contra las brujas; sin embargo, los juicios masivos contra la brujería preceden a esta bula. Su efecto fue más bien el de ratificar el poder ya conferido a los inquisidores Kramer y Sprenger, para tratar con crímenes de brujería y herejía, así como solicitar para ambos jueces el apoyo del obispo de Estrasburgo. Esta bula papal, sin embargo, no pronuncia ninguna decisión dogmática. Con más probabilidad fuese el famoso libro Malleus Maleficarum ("el martillo de las brujas"), publicado unos dos años después por los mismos inquisidores, la obra que más incitara al enjuiciamiento de brujas. Pero las persecuciones de brujas en los siglos XVI y XVII obedecieron en su gran mayoría a la iniciativa del poder secular.
Asistimos especialmente durante esos dos siglos (aprox. 1560-1630) a múltiples estallidos de pánico brujeril en toda Europa, católica o protestante. En casi todos los casos estas situaciones se produjeron en regiones o poblaciones pequeñas, desorganizadas y aquejadas de graves (o gravísimos) problemas económicos, sociales o políticos, es decir, en sociedades desestructuradas. Prácticamente en todos los casos conocidos las autoridades hicieron todo lo posible para detener los juicios y disimular todo el asunto… No se conoce, por lo demás, ni un solo caso de brujas o brujos ejecutados por la práctica de ninguna religión pagana identificable… muy a diferencia de lo presentado por la autora Margaret Murray en su inexplicablemente famosa obra The Witch Cult in Western Europe (1921). (Para la demolición controlada de las tesis de Murray, acúdase a la obra de Elliot Rose A Razor for a Goat, a Europe’s Inner Demons, de Norman Cohn, o a cualquier obra académica sobre brujería editada a lo largo de las dos últimas décadas.
La reforma protestante utilizó la caza de brujas como herramienta política, como base sobre la que cimentar un poder (social, político, económico) que permitiera a sus autoridades emergentes ejercer un grado de control sobre la población similar o superior al ejercido hasta entonces por la iglesia católica. Lutero y Calvino y sus seguidores acentuaron la creencia popular en el poder del demonio, en la brujería y otras prácticas mágicas. Lutero, basándose en su interpretación del mandamiento bíblico "No permitirás la vida de los hechiceros" (Éxodo 22, dieciocho), abogó por la exterminación de las brujas. Janssen argumenta con muchas pruebas en su Historia del pueblo alemán que una gran responsabilidad por la caza de brujas recae sobre los reformadores.
El código penal conocido como "Carolina" (1532), decretó que la hechicería debe ser tratada como una ofensa criminal en el Sacro Imperio, y de haber causado daños a alguna persona, la bruja debía ser quemada. La caza de brujas en los distritos protestantes de Alemania se dio con mayor profusión e intensidad que en las provincias católicas. Ejemplos de ello son Osnabrück y Wolfenbuttenl. En Osnabrück, en 1583, personas fueron quemadas 121 en tres meses. En Wolfenbuttenl, en 1593 hasta diez brujas fueron quemadas en un solo día. La respuesta a tanto desmán llegaría en 1563, de la mano de un protestante de Cleues, Jan Weyer al que se unirían las protestas de Ewich y Witekind. En el debate sobre las brujas participaron tanto católicos como protestantes, tanto a favor como en contra de su persecución. Quizás la protesta más efectiva contra la caza de brujas fuera la del jesuita Friedrich von Spee, quien en 1631 publicó Cautio criminalis.
La persecución de brujas se extendió como hemos dicho por toda Europa. En el siglo XVI tuvieron lugar enjuiciamientos por tribunales seculares en Roma. En Inglaterra y Escocia también existieron persecuciones, pero carecemos de cifras precisas sobre las ejecuciones. James Howell escribía en 1646 que en el período de dos años hubo casi 300 brujas procesadas (y la mayoría de ellas ejecutadas) en Essex y Suffolk. (James Howell, Familiar Letters: "We have multitudes of witches among us; for in Essex and Suffolk there were above two hundred indicted within these two years, and above the half of them executed." "Within the compass of two years (1645-7), near upon three hundred witches were arraigned, and the major part of them executed in Essex and Suffolk only. Scotland swarms with them more and more, and persons of good quality are executed daily.")
http://library.beau.org/gutenberg/1/2/2/8/12288/12288-h/12288-h.htm
El Papa Gregorio XV, en su constitución Omnipotentis (1623), recomendó un procedimiento más clemente y en 1657 una instrucción de la Inquisición amonestó con eficacia la crueldad de las persecuciones. Al final del siglo XVII la persecución comenzó a reducirse en casi en todo el mundo y al principio de XVIII prácticamente cesaron. El último juicio por brujería en Alemania tuvo lugar en 1749 en Wurzburg, pero la última ejecución tendría lugar en Suiza, donde una niña fue ejecutada como bruja en el cantón protestante de Glarus en 1783.
En el territorio de los futuros Estados Unidos, Cotton Mather nos relata en su Maravillas del Mundo Invisible (1693), cómo en Nueva Inglaterra fueron ejecutadas por brujería diecinueve personas con ocasión del infame proceso que tuvo lugar en Salem.
Probablemente el mejor libro moderno sobre el tema de la brujería sea Witches and Neighbors, de Robin Briggs. Instruments of Darkness, de James Sharpe, trata el tema de la brujería en Inglaterra durante este período. Entre nosotros, el antropólogo, historiador, lingüista y ensayista Julio Caro Baroja realizó lo propio en sus obras Las brujas y su mundo y Brujería vasca.
Entre 1428 y 1782 (carecemos de datos anteriores fiables), en Europa y sus colonias americanas, fueron ejecutadas por brujería alrededor de 45.000 personas, lo que no supone sino una mera fracción de las personas legalmente asesinadas por razones tan dispares como la herejía, el robo, la traición o cualquier otro motivo al uso. Alrededor del 40% de los ejecutados eran hombres, lo que invalida, de salida, las tentaciones de explicar “la gran caza…” con el cliché de la “represión patriarcal” que ha sido utilizado en ocasiones (por la denominada “teoría de la misoginia”; véase: Pavlac, Brian A. "Ten General Historical Theories about the Origins and Causes of the Witch Hunts," Prof. Pavlac's Women's History Resource Site. (October 31, 2001).
En realidad tan solo una mínima fracción de todas aquellas personas denunciadas por sus vecinos como culpables de brujería (denuncia que obedecía de hecho a las más diversas relaciones de mala vecindad, dato del que eran conscientes tanto inquisidores como autoridades civiles) llegaría a ser siquiera procesada. Habitualmente el clero se expresaba con autoridad para evitar acusaciones fanáticas y abusivas: San Agobardo, arzobispo de Lyon (m. 841) escribió Contra insulsam vulgi opinionem de grandine et tonitruis (contra las necias creencias de la gente sobre el granizo y el rayo); el Papa Gregorio VII en 1080 se dirigía al rey Harold de Dinamarca prohibiendo que las brujas fueran sentenciadas a muerte. Riezler (Geschichte der Hexenprozessen in Baiern) reconoce que "entre los representantes oficiales de la Iglesia, esta tendencia más saludable prevaleció hasta los umbrales de la epidemia del juicio de brujas, o sea, hasta avanzado el siglo XVI". En el Sínodo Provincial de Salzburgo de 1569 (Dalham, Concillia Salisburgensia, p. 372) se evidencia una fuerte tendencia a prevenir la imposición de la pena de muerte en acusaciones de brujería, insistiendo en que éstas no eran sino ilusiones diabólicas.
Pero no hay duda de que en el siglo XIV algunas constituciones papales de Juan XXII y Benedicto XII (cf. Hansen, Quellen und Untersuchungen, pp. 2-15) estimularon mucho el enjuiciamiento por brujería y otras prácticas mágicas por parte de los inquisidores, especialmente en el sur de Francia. En un juicio a gran escala en Toulouse en 1334, de 63 personas acusadas de ofensas de este tipo, 8 fueron entregadas al poder secular para ser quemadas. El resto fueron a prisión de por vida o condenados a fuertes penas. Dos de las condenadas, ambas ancianas, confesaron después de ser torturadas haber asistido a un aquelarre de brujas, haber allí adorado al demonio y ser culpables de indecencias con él y otras personas presentes, así como de haber devorado carne de niños. (Hansen, Zauberwahn, 315; y Quellen und Untersuchungen, 451). En 1324 Petronilla de Midia fue quemada en Irlanda por recomendación de Richard, obispo de Ossory. Durante este período, los tribunales seculares acusaban y enjuiciaban por brujería con igual o mayor severidad que los tribunales eclesiásticos, recurriendo a la tortura y a la hoguera.
No existe constancia de que se llevara a cabo juicios de este tipo por parte de inquisidores eclesiásticos en Alemania durante los siglos XIII y XIV. Alrededor del año 1400 encontramos muchos enjuiciamientos de brujas en Berna, Suiza, dirigidos por Pedro de Gruyères, que, a pesar de lo que afirmara Riezler, era sin lugar a dudas un juez secular (Hansen, Quellen, etc., 91 n.). También fueron jueces seculares los que mataron a 200 brujas en Valais (1428-1434) y más de 150 en Briancon en 1437. Las víctimas de los inquisidores, ej. en Heidelberg en 1447; o Saboya en 1462, no parecen haber sido tan numerosas.
Algunos historiadores apuntan a la bula Summis desiderantes affectibus del Papa Inocencio VIII (1484) como origen de la fiebre contra las brujas; sin embargo, los juicios masivos contra la brujería preceden a esta bula. Su efecto fue más bien el de ratificar el poder ya conferido a los inquisidores Kramer y Sprenger, para tratar con crímenes de brujería y herejía, así como solicitar para ambos jueces el apoyo del obispo de Estrasburgo. Esta bula papal, sin embargo, no pronuncia ninguna decisión dogmática. Con más probabilidad fuese el famoso libro Malleus Maleficarum ("el martillo de las brujas"), publicado unos dos años después por los mismos inquisidores, la obra que más incitara al enjuiciamiento de brujas. Pero las persecuciones de brujas en los siglos XVI y XVII obedecieron en su gran mayoría a la iniciativa del poder secular.
Asistimos especialmente durante esos dos siglos (aprox. 1560-1630) a múltiples estallidos de pánico brujeril en toda Europa, católica o protestante. En casi todos los casos estas situaciones se produjeron en regiones o poblaciones pequeñas, desorganizadas y aquejadas de graves (o gravísimos) problemas económicos, sociales o políticos, es decir, en sociedades desestructuradas. Prácticamente en todos los casos conocidos las autoridades hicieron todo lo posible para detener los juicios y disimular todo el asunto… No se conoce, por lo demás, ni un solo caso de brujas o brujos ejecutados por la práctica de ninguna religión pagana identificable… muy a diferencia de lo presentado por la autora Margaret Murray en su inexplicablemente famosa obra The Witch Cult in Western Europe (1921). (Para la demolición controlada de las tesis de Murray, acúdase a la obra de Elliot Rose A Razor for a Goat, a Europe’s Inner Demons, de Norman Cohn, o a cualquier obra académica sobre brujería editada a lo largo de las dos últimas décadas.
La reforma protestante utilizó la caza de brujas como herramienta política, como base sobre la que cimentar un poder (social, político, económico) que permitiera a sus autoridades emergentes ejercer un grado de control sobre la población similar o superior al ejercido hasta entonces por la iglesia católica. Lutero y Calvino y sus seguidores acentuaron la creencia popular en el poder del demonio, en la brujería y otras prácticas mágicas. Lutero, basándose en su interpretación del mandamiento bíblico "No permitirás la vida de los hechiceros" (Éxodo 22, dieciocho), abogó por la exterminación de las brujas. Janssen argumenta con muchas pruebas en su Historia del pueblo alemán que una gran responsabilidad por la caza de brujas recae sobre los reformadores.
El código penal conocido como "Carolina" (1532), decretó que la hechicería debe ser tratada como una ofensa criminal en el Sacro Imperio, y de haber causado daños a alguna persona, la bruja debía ser quemada. La caza de brujas en los distritos protestantes de Alemania se dio con mayor profusión e intensidad que en las provincias católicas. Ejemplos de ello son Osnabrück y Wolfenbuttenl. En Osnabrück, en 1583, personas fueron quemadas 121 en tres meses. En Wolfenbuttenl, en 1593 hasta diez brujas fueron quemadas en un solo día. La respuesta a tanto desmán llegaría en 1563, de la mano de un protestante de Cleues, Jan Weyer al que se unirían las protestas de Ewich y Witekind. En el debate sobre las brujas participaron tanto católicos como protestantes, tanto a favor como en contra de su persecución. Quizás la protesta más efectiva contra la caza de brujas fuera la del jesuita Friedrich von Spee, quien en 1631 publicó Cautio criminalis.
La persecución de brujas se extendió como hemos dicho por toda Europa. En el siglo XVI tuvieron lugar enjuiciamientos por tribunales seculares en Roma. En Inglaterra y Escocia también existieron persecuciones, pero carecemos de cifras precisas sobre las ejecuciones. James Howell escribía en 1646 que en el período de dos años hubo casi 300 brujas procesadas (y la mayoría de ellas ejecutadas) en Essex y Suffolk. (James Howell, Familiar Letters: "We have multitudes of witches among us; for in Essex and Suffolk there were above two hundred indicted within these two years, and above the half of them executed." "Within the compass of two years (1645-7), near upon three hundred witches were arraigned, and the major part of them executed in Essex and Suffolk only. Scotland swarms with them more and more, and persons of good quality are executed daily.")
http://library.beau.org/gutenberg/1/2/2/8/12288/12288-h/12288-h.htm
El Papa Gregorio XV, en su constitución Omnipotentis (1623), recomendó un procedimiento más clemente y en 1657 una instrucción de la Inquisición amonestó con eficacia la crueldad de las persecuciones. Al final del siglo XVII la persecución comenzó a reducirse en casi en todo el mundo y al principio de XVIII prácticamente cesaron. El último juicio por brujería en Alemania tuvo lugar en 1749 en Wurzburg, pero la última ejecución tendría lugar en Suiza, donde una niña fue ejecutada como bruja en el cantón protestante de Glarus en 1783.
En el territorio de los futuros Estados Unidos, Cotton Mather nos relata en su Maravillas del Mundo Invisible (1693), cómo en Nueva Inglaterra fueron ejecutadas por brujería diecinueve personas con ocasión del infame proceso que tuvo lugar en Salem.
Probablemente el mejor libro moderno sobre el tema de la brujería sea Witches and Neighbors, de Robin Briggs. Instruments of Darkness, de James Sharpe, trata el tema de la brujería en Inglaterra durante este período. Entre nosotros, el antropólogo, historiador, lingüista y ensayista Julio Caro Baroja realizó lo propio en sus obras Las brujas y su mundo y Brujería vasca.
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La "gran caza de brujas" :: Comentarios
Interesante artículo.
En mis tiempos de estudiante tuve como lectura obligatoria y ejemplo de historia narrativa un libro de publicación reciente (entonces) que me gustó especialmente. Se trataba de “El abogado de las brujas” de Gustav Henningsen. En este estudio se analizaban muy pormenorizadamente todos los acontecimientos relacionados con los procesos inquisitoriales contra las brujas de Zugarramurdi, alcanzando conclusiones realmente interesantes. Hablando mucho de memoria, recuerdo su escepticismo frente a la teoría de esa señora acerca de la conexión entre la brujería y el paganismo, o la constatación de que las brujas no eran sólo, o tanto, mujeres.
Pero además del meticuloso estudio histórico, ese libro me sorprendió por su fino análisis sociológico de la situación. Si mal no recuerdo, concluía cosas como que:
- La Inquisición creaba y difundía un pseudo-"imaginario colectivo" demonológico, de raíz erudita y por tanto completamente ajeno a la ideología popular, al que todos los encausados por brujería se adherían, pero bajo tortura.
- Además, sus masivas detenciones vehiculaban soluciones a situaciones de tensión o conflicto social en sociedades, no tanto desestructuradas, como afectadas por profundas crisis (ejecutaba a los supuestos culpables de herejía, pero realmente delatados por razones muy otras, generalmente por rencillas personales o vecinales).
En fin, que la caza de brujas de la Edad Moderna no parece, efectivamente, tan diferente de otras más contemporáneas. Respecto a sus relaciones con lo “pagano”, puede que no haya mucho que decir. Otra cosa sería negar una vivencia propia de la brujería en aquellas sociedades tradicionales, algo completamente independiente de la doctrina ortodoxa católica pero que, sin duda, contribuyó también a la “caza”. Pero esa es la otra parte de la Historia.
En mis tiempos de estudiante tuve como lectura obligatoria y ejemplo de historia narrativa un libro de publicación reciente (entonces) que me gustó especialmente. Se trataba de “El abogado de las brujas” de Gustav Henningsen. En este estudio se analizaban muy pormenorizadamente todos los acontecimientos relacionados con los procesos inquisitoriales contra las brujas de Zugarramurdi, alcanzando conclusiones realmente interesantes. Hablando mucho de memoria, recuerdo su escepticismo frente a la teoría de esa señora acerca de la conexión entre la brujería y el paganismo, o la constatación de que las brujas no eran sólo, o tanto, mujeres.
Pero además del meticuloso estudio histórico, ese libro me sorprendió por su fino análisis sociológico de la situación. Si mal no recuerdo, concluía cosas como que:
- La Inquisición creaba y difundía un pseudo-"imaginario colectivo" demonológico, de raíz erudita y por tanto completamente ajeno a la ideología popular, al que todos los encausados por brujería se adherían, pero bajo tortura.
- Además, sus masivas detenciones vehiculaban soluciones a situaciones de tensión o conflicto social en sociedades, no tanto desestructuradas, como afectadas por profundas crisis (ejecutaba a los supuestos culpables de herejía, pero realmente delatados por razones muy otras, generalmente por rencillas personales o vecinales).
En fin, que la caza de brujas de la Edad Moderna no parece, efectivamente, tan diferente de otras más contemporáneas. Respecto a sus relaciones con lo “pagano”, puede que no haya mucho que decir. Otra cosa sería negar una vivencia propia de la brujería en aquellas sociedades tradicionales, algo completamente independiente de la doctrina ortodoxa católica pero que, sin duda, contribuyó también a la “caza”. Pero esa es la otra parte de la Historia.
Precisamente, "El abogado de las brujas" ha sido reeditado hace muy pocos meses.
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Mar Oct 15 2013, 23:39 por Egho
» FALACIAS DE LA HISTORIA (I); YATASTO
Sáb Jun 15 2013, 20:31 por Egho
» CHAVEZ; Sit tibi terra levis
Miér Jun 05 2013, 15:42 por Egho
» A 203 AÑOS DE LA REVOLUCION FRUSTADA
Miér Jun 05 2013, 00:34 por Egho
» CORRUPCION SE ESCRIBE CON K
Jue Mayo 30 2013, 01:58 por Egho
» SI LA SOBERANIA…
Jue Feb 14 2013, 18:05 por Egho
» YERBA MALA....
Jue Feb 14 2013, 02:19 por Egho
» !Muerto 2012, Viva 2013!
Miér Feb 06 2013, 19:45 por Brigantinus
» UN PRÍNCIPE IRLANDÉS EN HISPANIA
Lun Nov 05 2012, 11:07 por Diocles
» BIENVENIDO, VIAJERO, A LA TABERNA.
Miér Oct 31 2012, 23:03 por Hannon
» FALACIAS DE LA HISTORIA (IV)
Miér Jun 27 2012, 06:22 por Egho
» FALACIAS DE LA HISTORIA (III)
Miér Jun 27 2012, 04:05 por Egho
» FALACIAS DE LA HISTORIA (II)
Miér Jun 27 2012, 03:57 por Egho
» JORDI SAVALL
Dom Jun 24 2012, 20:30 por Eina
» ¿BIBLIOFILO DIGITAL?. Segundas impresiones con el e-reader.
Lun Jun 18 2012, 19:23 por Egho