LOS LIBROS DEL GRAN DICTADOR.
LAS LECTURAS QUE MOLDEARON LA VIDA Y LA IDEOLOGIA DE ADOLF HITLER.
TIMOTHY RYBACK.
DESNTINO 2010

Saber y comprender son asuntos distintos. Todo el mundo sabe que Hitler es el Mal Absoluto, un Demonio, no hay nada más lejano de la humanidad. Hitler es otra cosa, casi de otro mundo. Algunos, además de saberlo, han intentado comprenderlo.

La bibliografía sobre la vida y obra de Hitler y por extensión, de toda la camarilla que se subió al carro del nazismo, es tan amplia como el daño que causaron. Y con carácter general y un poco de ojo, se puede separar la paja del grano sin demasiadas dificultades.

Faltaba una obra como esta, que arrojara un rayo de luz sobre la personalidad del Gran Dictador, como lo llamó C. Chaplin y título que retoma Timothy Rayback para hablarnos sobre las lecturas del Hitler. Y es que, para sorpresa del común, Hitler, además de uno de los mayores criminales de la historia, fue un ávido lector y coleccionista de libros.

Con un fino sentido novelesco y casi detectivesco, Rayback nos cuenta sus hazañas entre los numerosos opúsculos de Hitler que aun se conservan y que andan desperdigados por medio mundo. Aunque la principal fuente de información se basa en las secciones de libros raros de varias colecciones en EE.UU, como la del Congreso y Harvard.

El lector del siglo XXI está acostumbrado a que los textos reaccionarios, fascistas, racistas y demás se marginen y que su consumo se reduzca a círculos de fanáticos peligrosos. Situación muy diferente a la que acontecía en la primera mitad del siglo pasado. Con unos títulos que harían palidecer a la mayoría y contenidos que asustarían al más templado, la lista que Rayback nos enseña no solo es basta, sino que viene de la mano de gente de ciencia, doctores, catedráticos y en general, personas del más sofisticado ambiente cultural y político.

Hitler, consciente de su falta de formación sistemática durante la infancia y juventud, buscaba compensar sus carencias intelectuales devorando libros, robando horas al sueño y contrastando lo leído con su cosmovisión del mundo. Sabido es que el líder nazi operaba sus libros para dar argumentos sostenibles a sus paranoias. Y lo peor de todo es que no andaba escaso de material. Textos que como bien refiere Raybak, justificaron políticas eugenésicas, esterilizadoras y segregacionistas en otros países, como EE.UU.

Hitler fue un hombre de su tiempo. Superlativo, pero de su tiempo. ¿Habría existido el Hitler que conocemos de haber sido aceptado en la Academia de Bellas Artes de Viena? ¿Habría existido Hitler sin las obras de Stewart Chamberlain o John Ford?. La maldad de Hitler solo es un reflejo en un incómodo espejo. Un espejo que se quiere esconder tras el velo religioso y maniqueo. Como nos narra el autor, Hitler se refería a Roosevelt como “el mayor criminal” de la historia. Titulo que habría ostentado el americano si el austriaco hubiera ganado la guerra.

Un libro ligero, con una buena traducción, lleno de datos curiosos, con numerosos regalos, como sus apéndices. Imprescindible para cualquiera que intente comprender – no saber – qué y cómo ocurrió. Un libro que invita a la reflexión, un libro de lectura obligada para, de una vez por todas, aprender y evitar los mismos y asquerosos errores que se repiten a lo largo y ancho del planeta.