Miércoles 28 de septiembre de 2011 | Publicado en edición impresa
En el Centro Cultural Recoleta / Sexta etapa del ciclo de LA NACION

Impacto visual y sensorial en una Experiencia adn diferente
El grupo Ojalá deslumbró ayer con Hombre Vertiente, espectáculo realizado en altura





Deslumbrante experiencia teatral en el Centro Cultural Recoleta. Foto: LA NACION / Mauro Alfieri
Una historia singular. Un escenario hipertecnológico. Una experiencia inolvidable. Hombre Vertiente deslumbró anoche con su propuesta de teatro en altura y con recursos por fuera del escenario tradicional.
La obra creada por la Compañía Ojalá, conducida por Pichón Baldinu y Gabriela Baldini, fue la sexta Experiencia adn , que se desarrolló ayer en la sala Villa Villa del Centro Cultural Recoleta.

Si bien las anteriores actividades culturales del ciclo se habían desarrollado en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba-Fundación Costantini), en esta ocasión fue necesario un ámbito más amplio para atender las necesidades de la obra.
Con el apoyo de Citi, Chandon, Carolina Herrera y Tudor, esta sexta edición de Experiencia adnentusiasmó al público por su originalidad.
Con varios niveles distintos desde donde observar el espectáculo, montado en un imponente escenario elevado a casi dos metros del piso, el público pudo seguir las acciones de pie o desde sectores sentados.

18.000 LITROS DE AGUA

Hombre vertiente tiene alto impacto visual y sensorial, ya que en apenas 7 minutos se usan unos 18.000 litros de agua reciclada. La historia que se vio anoche tuvo su debut en ExpoZaragoza, como un espectáculo de 30 minutos sobre la temática del agua. En los tres meses que estuvo en cartel se brindaron casi 600 funciones y tuvo más de 1.300.000 espectadores.

Anoche, la concurrencia convocada para compartir esta nueva Experiencia adn se enfrentó con una propuesta fuera de lo común, ya que se sintió parte de la historia contada en altura.
Es que Pichón Baldinu diseñó paredes que delimitan la sala, de material plástico que en movimiento parecen cobrar vida y hasta devorarse al público, que no puede salir del asombro por el impacto de la temática artística.

La versión porteña de Hombre vertiente está centrada en la historia de El Aguador, personaje interpretado por Leo Kreimer, que muestra su existencia, sus contradicciones, sus fantasmas, sus demonios y sus logros.
Como bien explicó a LA NACION Pichón Baldinu, El Aguador es "un personaje que lucha por descubrirse a sí mismo y que viaja a través de mundos creados por su propia mente".

Ese universo contradictorio se ve multiplicado a partir de Los Ecos, como se denominan los mundos que emergen de las distintas caras de la compleja personalidad de El Aguador.

VERSIONES

"El Aguador está buscando cómo convivir con esas versiones de sí a través de esos mundos que visita, mundos que a veces lo encierran o lo enfrentan salvajemente consigo mismo.
Ese salvajismo está representado por monstruosidades, por alimañas y también por espacios oníricos.
Todas facetas creadas por su propia mente, que surgen de su propio ser."

Hombre vertiente no es ni un espectáculo aéreo ni un show de destreza física, sino que se trata de una historia singular contada desde la altura y con recursos casi infrecuentes para una escena teatral.
Para tener una idea de la tecnología puesta en escena, quizás alcance con contar que el escenario tiene un contenedor con un sistema de bombas para la utilización y la reutilización de los 18.000 litros de agua que acompañan la acción de El Aguador. Como si fuera un juego de chicos, con superhéroes y mundos fantásticos..







Show de luces, muñecos inflables, música, juego de telas y agua. Mucha agua. Más precisamente, 18.000 litros que se usan y se reciclan tras cada función de Hombre Vertiente el espectáculo dirigido por Pichón Baldinu que tiene lugar en la sala “Villa Villa” del Centro Cultural Recoleta.
Se trata, mucho más que de seguir una historia, de transitar una experiencia. Acompañar al narrador en su lucha por descubrirse a sí mismo en un viaje a través de mundos creados por su propia mente.
En ese camino, se abren universos paralelos en distintas dimensiones marcados por climas opresivos, eufóricos, tranquilos y hasta esperanzadores.

¿Un espectáculo similar al de Fuerza Bruta? “Ni idea. No los ví”, se encarga de aclarar Baldinu. Así marca la diferencia con Diqui James, con quien en otras épocas había fundado De La Guarda.

La propuesta, en tanto, es parecida a la que Baldinu presentó en España durante la Exposición Internacional de Zaragoza en 2008, donde también se jugaba con el agua como elemento principal.
Pero tal como precisa Baldinu, esta puesta tiene algunos aspectos novedosos. En primer lugar, es mucho más larga: mientras que la de Zaragoza duraba 20 minutos, la nueva dura una hora. Además, “este show tiene un escenario”.

Esta versión 2011 tuvo una muy buena acogida en nuestro medio.
¿ Alguien vio la versión representada en Expo- Zaragoza 2008 ?


Salud
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